Acuerdate de tu creador ahora que eres joven y que aun no han llegado los tiempos dificiles.
   
  Cristo La Roca
  Tema de la Semana--Curso Biblico
 

LECCIÓN 1

     1. Ya que vamos a estudiar la Biblia quizás te pueda interesar saber que la palabra BIBLIA viene del griego. Ésta era la lengua que más se hablaba hace dos mil años en los países del área del Mediterráneo oriental. Era un idioma que, más o menos bien, casi todos conocían, algo así como el inglés hoy día. En griego para decir libro se dice "biblos". Esta palabra, biblos, está en "biblioteca", que quiere decir "lugar donde se guardan los libros". Para decir librito los griegos dicen "biblíon". Fíjate dónde cae el acento. El plural, libritos, es "biblía", con acento en "bli". De ahí viene nuestra palabra Biblia que hemos hecho un poco más suave a nuestros oídos adelantando el acento a "bi". La conclusión es que BIBLIA quiere decir colección de libritos. Y es verdad porque en total son nada menos que 73 libros. 46 de ellos pertenecen al Antiguo Testamento, o sea, al tiempo antes de Jesucristo, y 27 al Nuevo Testamento, al tiempo después de Jesucristo.

      2. Abre tu Biblia y mira el índice. El primer libro de la Biblia se llama Génesis. En nuestra versión de la Biblia el libro del Génesis cubre 73 páginas. No es mucho y, si lo imprimiésemos solo, verdaderamente sería un librito. Hay otros un tanto más largos, por ejemplo el libro de los Salmos, pero los hay muy cortos. El más breve de todos es una carta de San Pablo a un tal Filemón. Mira en el índice Carta a Filemón y búscala. Verás lo cortita que es.

      3. Cada libro de la Biblia está dividido en capítulos y versículos. Ve de nuevo al principio del Génesis, el primer libro de la Biblia, y verás el número uno escrito muy grueso. Indica el capítulo. Luego verás que siguen números pequeñitos. Son los versículos. Cuenta cuántos versículos hay en el primer capítulo y verás que son 31. Después del 31 verás el número dos, que indica el segundo capítulo. Siguen los 25 versículos del capítulo dos. Y así sucesivamente. Cuando citamos la Biblia ponemos el texto sagrado siempre entre comillas y a continuación el libro, el capítulo y el versículo. Por ejemplo: "Al principio creo Dios el cielo y la tierra" (Génesis 1,1).

      4. Esto de dividir toda la Biblia en capítulos y versículos se hizo ya hace algún tiempo. Dicen que fue un cierto Esteban Langton quien allá por el año 1226 tuvo la feliz idea de dividir la Biblia entera en capítulos. La división en versículos vino más tarde, en 1551. Fue el trabajo de un francés por nombre Robert Estienne de oficio impresor. Iba de viaje desde Lyón a París y se entretuvo dividiendo los capítulos en versículos. Todos estuvieron de acuerdo y lo aceptaron. Era evidente que citando el libro, el capítulo y el versículo se llegaba a un texto de la Biblia con gran rapidez, pero, comprenderás, esta división no pasa de ser una ayuda para encontrar textos y no puede considerarse Palabra de Dios.

      5. La Biblia que tienes en tus manos es una traducción. En nuestro idioma hay muchas más traducciones. Tal vez conozcas la Biblia de Jerusalén, la de Nacar-Colunga, la de Bover-Cantera, la Biblia Latinoamericana u otra. Hoy día no hay mucha diferencia en la interpretación del texto original, pero cada una difiere de las otras por el vocabulario que usa, las introducciones a cada libro, las notas y las referencias históricas.

      6. Una cosa común, y que verás a vuelta de las tapas, es que todas ellas son católicas. Llevan una aprobación por parte de la Iglesia. Las que no tengan esta aprobación, no son católicas. Es sencillo: se ha encargado a unos señores que miren si hay errores de doctrina en la traducción y, si no los hay, se permite la impresión. De sentido común, ¿no?

      7. Hay Biblias con aprobación que no son católicas "del todo". La Biblia genuinamente católica es la que, además, tiene anotaciones a pie de página. La razón es hacer frente a la idea de la libre interpretación de la Biblia según el Espíritu sople a cada uno. Hay textos de la Biblia que son difíciles sobre los que hay una interpretación segura, dada por el Magisterio de la Iglesia. En ese caso, a pie de página se dice al lector qué significa o cómo hay que interpretar de modo correcto lo que está leyendo. Un criterio para dudar de una Biblia es que no tenga anotaciones a pie de página. Las Biblias no católicas no las llevan. Además, tienen menos libros que las católicas.

      8. Los originales de los libros que componen la Biblia fueron escritos en hebreo, en arameo y en griego. Estoy seguro que sabes la palabra "amén" con la que acaban muchas oraciones. Pues bien, "amén" es hebreo y quiere decir "así sea". También es hebreo la palabra "aleluya", que significa "alabad al Señor". No sé si sabrás que cuando Jesús rezaba se dirigía a su Padre con la palabra "abba" que es arameo y tiene un significado todo especial que se queda entre nuestro padre y papá con un matiz muy entrañable y hasta casero. También es aramea la palabra "hosanna" que significa "salvarnos ahora". La palabra "gólgota" también es aramea y quiere decir "el lugar de la calavera". ¿Quién no ha oído nunca "Kyrie eleison"? Es griego y quiere decir "Señor, ten piedad".

      9. Observa que ningún libro de la Biblia se escribió en latín o en la lengua que tú hablas. Lo que hay en estas lenguas son traducciones. Por cierto, hay ingleses a quienes les cuesta creer esto. Su traducción del siglo XVI es tan bonita y entró tanto en el alma inglesa que algunos llegaron a pensar que la suya es la lengua original de la Biblia.

      10. Podíamos preguntarnos qué es la Biblia. Si la miras por encima es la historia de los hebreos, israelitas y judíos. Para algunos es una interminable relación de batallas sin fin. Hay quienes la admiran como literatura o como un libro que ha calado en el alma de muchos hombres y que ha impactado en su manera de ser y pensar. Pero escucha lo que en realidad es la Biblia. La Biblia es la más extraordinaria historia de amor jamás escrita. Habla del inmenso amor que Dios nos tiene. Es la Palabra de Dios y hay que leerla con fe. Leerla sin fe es como leer cualquier otro libro.

      11. La Biblia nos habla de Dios, de cómo es y de qué ha hecho y hace por nosotros. Nos dice que Dios nos ha creado para una vida eterna. Nos dice que Dios nos ama y quiere que vivamos en Él. Habla también, y mucho, del hombre. Habla de nuestra dignidad, de nuestra caída, de nuestros pecados y debilidades y habla, sobre todo, de nuestro futuro, que no es precisamente la muerte.

      12. Habla también de la mano que Dios nos extendió cuando, en vez de abandonarnos al destino que nosotros nos habíamos creado y que no nos llevaba a ninguna parte, se hizo hombre, como uno de nosotros, vivió, como uno de nosotros, y se empeñó y sigue empeñado en sacarnos adelante y llevarnos a la vida eterna para la cual nos creó. Claro que a todo esto podemos decir que sí o que no. Y lo hacemos con la misma libertad que Dios nos dió. Dios jamás fuerza. Y lo que hagamos lo hacemos bajo nuestra responsabilidad.

       13. Dios "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1ª Timoteo 2,4), es decir,  de Jesucristo. Es preciso, pues, que Cristo sea anunciado a todos los hombres, según su mandato: "Id y haced discípulos de todos los pueblos" (Mateo 28,19). Esto se lleva a cabo mediante la Tradición Apostólica. La Tradición Apostólica es la transmisión del mensaje de Cristo llevada a cabo, desde los comienzos del cristianismo, por la predicación, el testimonio, las instituciones, el culto y los escritos inspirados. Los Apóstoles transmitieron a sus sucesores, los obispos y, a través de éstos, a todas las generaciones hasta el fin de los tiempos todo lo que habían recibido de Cristo y aprendido del Espíritu Santo.

     14. La Tradición Apostólica se realiza de dos modos: con la transmisión viva de la Palabra de Dios, también llamada simplemente Tradición, así a secas, y con la Biblia que es el mismo anuncio de la salvación puesto por escrito. La Tradición y la Biblia están íntimamente unidas y compenetradas entre sí. En efecto, ambas hacen presente y fecundo en la Iglesia el Misterio de Cristo, y surgen de la misma fuente divina. Juntas constituyen un solo sagrado depósito de la fe, del cual la Iglesia saca su propia certeza sobre todas las cosas reveladas. Nunca habrá contradicción entre la Biblia y la Tradición ya que ambas tienen un mismo origen que es Dios.

      Vamos a hacer un poco de práctica buscando libros, capítulos y versículos en tu Biblia.

     Observa que primero ponemos el nombre del libro que vas a buscar en el ÍNDICE. Siguen el capítulo y una coma. A continuación está el versículo. Si buscas más de un versículo, se pone un guión entre el primero y el último.

      Toma tu reloj y vamos a ver cuánto tiempo necesitas para buscar cada uno de estos textos:

     1) Génesis 6,11. ¿Lo has encontrado? ¿Qué te parece? Ninguna novedad, ¿no?
     2) Deuteronomio 8,11-14. ¿A que es una verdad como un templo?
     3) Juan 3,16. Y esto cuando Dios nos podría haber dejado de la mano de ... Dios.
     4) Apocalipsis 21,1-5. Para lo que somos cristianos, la vida eterna.

      Recuerda que primero tienes que buscar la página del libro en el índice. Los títulos de los libros te van a aparecer un tanto raros hasta que te habitúes a ellos. Poco a poco ganarás práctica.

     Éstas son las preguntas que te sugerimos para esta sesión. Al responder, en el apartado Asunto, escribe "Respuestas a la lección 1".  Por favor, incluye las preguntas en tus respuestas.

     1) ¿De dónde viene la palabra Biblia?
     2) La división de la Biblia en capítulos y versículos, ¿es una verdad revelada?
     3) ¿En qué se diferencian las Biblias católicas de las no católicas?
     4) ¿Por qué crees que Dios quiso revelarse al hombre?
     5) ¿Por qué Dios se hizo hombre?
     6) ¿Qué se entiende por la Tradición Apostólica?



Discutamos las respuesta en el grupo este domingo.

 

 

 
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